Metáforas
Una Metáfora puede definirse como el proceso por el que se atribuye un nombre apropiado a una persona o cosa, con base en una analogía o en una comparación sobreentendida.
Dentro de la psicología la metáfora se utiliza como una historia real o ficticia, con la finalidad de informar, educar, curar y estimular el crecimiento interno de las personas.
Uno de los propósitos importantes de las metáforas, es atraer la atención consciente del individuo y burlar sus mecanismos de defensa a fin de permitirle entrar en contacto con las fuerzas de su inconsciente inmensamente ricas en posibilidades y en soluciones.
Por medio de la metáfora se busca que la persona refleje algún problema o situación que este atravesando, y pueda encontrar una solución a sus problemas y que se de cuenta que es capaz de generar soluciones por si mismo.
Las metáforas pueden utilizarse con niños, jóvenes, adultos y ancianos; ya que en cualquier etapa de la vida las personas necesitan tener conciencia de su realidad.
Este tipo de analogías pueden ser abiertas o cerradas, es decir que el final del relato pude quedar abierto a cambios o puede tener una solución establecida y concreta.
Las metáforas pueden ser inventadas por el paciente o por el terapeuta, en las que se deben utilizar personajes con los que paciente puede identificarse e identificar su situación o problema actual.
Ejemplo de Metáfora:
Esta metáfora hace ver que no se debe seguir un estereotipo de personalidad o de forma de pensar, ya que todos somos diferentes y tenemos distintas perspectivas de la vida y de las situaciones que vivimos, no hay que hacer que el mundo encaje en ideales creados por imperfectos.
Por medio de la metáfora se busca que la persona refleje algún problema o situación que este atravesando, y pueda encontrar una solución a sus problemas y que se de cuenta que es capaz de generar soluciones por si mismo.
Las metáforas pueden utilizarse con niños, jóvenes, adultos y ancianos; ya que en cualquier etapa de la vida las personas necesitan tener conciencia de su realidad.
Este tipo de analogías pueden ser abiertas o cerradas, es decir que el final del relato pude quedar abierto a cambios o puede tener una solución establecida y concreta.
Las metáforas pueden ser inventadas por el paciente o por el terapeuta, en las que se deben utilizar personajes con los que paciente puede identificarse e identificar su situación o problema actual.
Ejemplo de Metáfora:
COPITO
Los perros, como todos saben, mueven la cola cuando se sienten contentos o cuando ven a su amo o se encuentran con otros perros.
Pero Copito, un lindo perrito blanco, no lo hacía y todos se preguntaban por qué Copito no movía su cola blanca.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que alguien se diera cuenta de lo que pasaba.
¡Copito no movía su cola porque Copito sabía sonreír!
¡Sí! ¡Copito sabía reír como tú!
Era cosa de mirar su hociquito para ver como sus blancos dientes brillaban de contento.
Ya sabes, si un perro no mueve su cola, sonríele.
Esta metáfora hace ver que no se debe seguir un estereotipo de personalidad o de forma de pensar, ya que todos somos diferentes y tenemos distintas perspectivas de la vida y de las situaciones que vivimos, no hay que hacer que el mundo encaje en ideales creados por imperfectos.